El encuentro de una mujer consigo misma es un juego con riesgos serios. Una danza divina. Cuando nos encontramos somos dos energías divinas, dos universos que chocan. Si el encuentro no tiene la reverencia necesaria, un universo destruye al otro.
Mil partidas
Le compre helado a mi soledad y me tire en el teclado a desojarle las teclas...
No hay comentarios:
Publicar un comentario